Castilla-La Mancha | Vida asociativa y servicio
Diálogo que se nota y puertas abiertas en la Zona: reunión con el general Vélez y la representación asociativa autonómica
Un encuentro institucional con tono sereno y orientado a resultados, con el foco en reforzar el mando suboficial y la eficacia del despliegue territorial

• Cuando el diálogo es real, se nota. Y cuando se escucha con intención de mejorar, la Guardia Civil avanza.
El 4 de diciembre de 2025, en la Sala de Juntas del Acuartelamiento de Toledo, se celebró la reunión ordinaria del Jefe de la Zona de Castilla-La Mancha con las asociaciones profesionales representativas, conforme al marco previsto para este tipo de encuentros. Más allá de la agenda, lo reseñable fue el clima: un ambiente comunicativo y constructivo, presidido por una buena predisposición al diálogo por parte del general Vélez, y con una voluntad compartida de aprovechar el espacio con respeto institucional. Ese estilo importa, porque en un despliegue territorial exigente la diferencia entre “escuchar” y “trabajar lo escuchado” marca la frontera entre la mera cortesía y el liderazgo útil.
Sin entrar en el detalle de todos los asuntos tratados —por respeto a las partes y a los cauces internos que deben preservarse—, sí conviene trasladar a los socios la esencia de lo que defendimos desde ASESGC. No se buscó un titular fácil, sino una idea de fondo: seguridad jurídica, eficacia operativa y mando efectivo allí donde más se pone a prueba cada día, que es en la primera línea del servicio, especialmente en los Puestos territoriales que sostienen atención permanente y una carga de trabajo cualitativa y constante.
En el turno de ruegos y preguntas, ASESGC presentó una propuesta centrada en la organización y refuerzo de las Oficinas de Atención al Ciudadano (OAC) en determinados Puestos Territoriales Ordinarios que, por su realidad diaria, actúan como unidades de referencia para su entorno. El planteamiento parte de una constatación sencilla, sin necesidad de exageraciones: cuando esa realidad no se ordena con criterios estables, se tensiona la atención al ciudadano, se resiente la operatividad y, además, se generan escenarios mejorables para la seguridad de nuestros recursos, especialmente en Puestos con plantillas ajustadas, donde cualquier desajuste de planificación se nota de inmediato en el servicio.
Por eso, junto a las medidas operativas, desde la Asociación de Suboficiales ASESGC defendemos que la vía correcta es ordenar y consolidar estas OAC a través del instrumento organizativo previsto, de modo que su encaje quede fijado con claridad, continuidad y trazabilidad: su reflejo en el Libro de Organización de la unidad de la que dependan —especialmente cuando se ubiquen en instalaciones ajenas—, con la aprobación del mando directamente superior, para que la planificación se asiente sobre un marco conocido, coherente y verificable, y no sobre soluciones coyunturales (OG 25/2023, art. 11.2 y 11.3; disp. trans. 2.ª; OG 9/2012, art. 4.3).
En esa misma línea, pusimos el acento en un riesgo organizativo muy concreto: el de los macrocuadrantes o planificaciones externas que, aun naciendo con buena intención, terminan diluyendo la función reglada del Comandante de Puesto como mando territorial. El Comandante de Puesto no está para “encajar turnos” decididos fuera, sino para planificar, dirigir y coordinar el servicio de su unidad con criterios operativos y responsabilidad real. Por eso defendemos que la OAC debe integrarse en la planificación del propio Puesto, coordinada con la Compañía, pero evitando “cuadrantes paralelos” que generan fricción orgánica, confusión funcional y, en último término, pérdida de eficacia.
Nuestra posición no se formuló como una reivindicación corporativa, sino como una cuestión de calidad del servicio: la OAC es puerta de entrada de denuncias, requerimientos urgentes, atención a víctimas y respuesta inmediata a incidencias que, en ocasiones, se solapan con custodia, detenidos y diligencias. Cuando ese punto crítico se dimensiona como si fuera una simple ventanilla o se gobierna al margen del jefe natural de la unidad, el sistema pierde rendimiento y el ciudadano lo percibe.
En definitiva, el encuentro deja dos mensajes claros. El primero, institucional: existe un modo de relación basado en la interlocución seria y el respeto que merece continuidad. El segundo, profesional: desde ASESGC seguiremos defendiendo una idea irrenunciable, porque es la que sostiene el mando eficaz y el buen servicio: quien responde del servicio debe poder organizarlo con herramientas reales, reglas claras y una cadena de mando nítida.
Delegación autonómica de ASESGC en Castilla-La Mancha.






