Miércoles, 17 de Septiembre de 2025

Actualizada Martes, 16 de Septiembre de 2025 a las 13:10:55 horas

Redacción | 2202

El eslabón perdido

El “valor global” de ser suboficial va unido a toda la escala y, por lo tanto, a todos los empleos que la constituyen, a todos los puestos de trabajo que ocupen y todas las responsabilidades que se asumen

[Img #5277]

 

Hablar de los suboficiales de la Guardia Civil de forma genérica fuera del ámbito del Cuerpo puede pasar casi inadvertido para la ciudadanía. Pero si hablamos de los Comandantes de Puesto, de los Jefes de Destacamento de Tráfico, Jefes de Equipo de Policía Judicial…, ya la cosa cambia, pues son muchos los ciudadanos los que conocen perfectamente estos cargos y nos aprecian de manera considerable. Y ni qué decir tiene de la opinión dentro del foro interno, considerándonos el eslabón fundamental dentro de nuestra estructura orgánica.

 

Este pensamiento sectorial, dirigido a determinados puestos de trabajo que se identifican con ciertos empleos de la Escala de Suboficiales, puede parecer que es bueno, pero en el fondo no es así. Es muy probable que incluso se esté causando un perjuicio al resto de miembros de esta escala e intentaremos explicar el porqué de ello.

 

El “valor global” de ser suboficial va unido a toda la escala y, por lo tanto, a todos los empleos que la constituyen, a todos los puestos de trabajo que ocupen y todas las responsabilidades que se asumen. Separar esta fórmula supone romper con el producto final. Ese estatus de pertenecer a una determinada escala en el organigrama de la Guardia Civil, no lo da el hecho de ocupar una serie de cargos o puestos de mayor responsabilidad olvidándonos del resto de componentes que, aun teniendo el mismo empleo o superior, no está en ninguno de ellos por el mero hecho de tener menor antigüedad o condiciones personales o profesionales que les dificulta o impide ocuparlos. Este agravio o descrédito hacia esos componentes de la escala, es minusvalorar a la escala por completo. Dar valor solamente a aquellos que ocupen determinadas sillas del catálogo de puestos de trabajo, es poner a la escala de suboficiales a los pies de la Dirección General para que sean éstos quienes dictaminen qué empleos y cuál de esas sillas son las que se merecen el calificativo de “auténticos mandos” relegando al resto al ostracismo, al gris indiferente. Esto lo vemos claramente en el ingreso en la Escala de Oficiales; lo que da valor es conseguir el empleo de teniente, ser oficial, no el cargo que vaya a desempeñar posteriormente.

 

Precisamente, es el actual Plan de Estudios de la enseñanza de formación para la incorporación a la Escala de Suboficiales, el que señala el lugar desde el que debemos partir, al marcar como referencia el perfil profesional que debemos alcanzar desde la obtención del primer empleo. Así, la Orden Ministerial que lo regula, establece una serie de preceptos que lo definen perfectamente tales como que el suboficial, desde su primer empleo como sargento, puede ejercer los cometidos de la Escala de Suboficiales mediante su capacidad de desarrollar acciones ejecutivas, y las directivas, que le correspondan a su nivel. O que impulsará el cumplimiento de las órdenes e instrucciones recibidas efectuando el control y la supervisión de las tareas encomendadas. O que estará capacitado para ser estrecho colaborador de los oficiales, debiendo también estar preparado y dispuesto para asumir nuevos retos y responsabilidades, incluso cometidos de la Escala de Oficiales de forma puntual.

 

Como vemos, estos párrafos resaltados en negrita son suficientes para darse cuenta de que el nivel de formación que se imparte en la Academia de Suboficiales durante dos años debe ser excelente. Que la apuesta que ha hecho la Guardia Civil para fortalecer a estos mandos intermedios es clara y por ello, esta formación académica está diseñada, como no podría ser de otra manera, de acuerdo con las funciones y cometidos que los suboficiales deberán ejercer al incorporarse a su escala, adquiriendo unas competencias que les son propias y que vienen recogidas específicamente en la Ley de Personal.

 

Es por eso, que no podemos caer en soluciones fáciles o sectoriales con el fin de parar el hostigamiento al que se viene sometiendo a la escala de suboficiales desde hace un tiempo en bastantes Comandancias (devenido en gran parte por recelos e incomprensiones de algunos oficiales que no llegan a encajar el nuevo modelo de suboficial en su acción más proactiva) sino que tiene que solucionarse sustentando sus funciones y estableciendo límites en cuanto a intromisiones en su legítimo ejercicio.

 

La Dirección General tiene que tomar las riendas en este asunto y poner sobre la mesa qué tipo de Guardia Civil quiere. Deberá resolver si mantenemos esa policía de proximidad que tenemos desde hace casi 178 años potenciando para ello las plantillas de las unidades territoriales dotándolas de más y mejores medios o si conformamos otro tipo de organización y despliegue y empezamos a caminar en un nuevo escenario. Es hora de decidir si dotamos a la Escala de Suboficiales de una atractiva carrera profesional o dejamos que se siga desangrando por el agujero de la renuncia. Deberá decidir si tratamos a los suboficiales jefes de unidad como tales o los convertimos en responsables de turnos con denominación de origen. Si ponemos a todos y cada uno de los suboficiales en el sitio que les corresponde o dejamos a unos cuantos en tierra de nadie como si de un apartheid se tratara. Creemos que sería del todo ilógico desaprovechar las herramientas que nos hemos dado para conseguir la potenciación de su liderazgo y el adecuado estatus dentro del Cuerpo con el fin de recuperar el espacio de competencias y responsabilidades que les afectan.

 

Y estamos seguros de que, para ello, la Ley de Personal también debe modificarse y debe hacerse pronto. No podemos perder el tiempo en determinar si es el momento más oportuno o si el elenco parlamentario es el más adecuado para llevarlo a cabo. Y mientras tanto, vemos como otros nos adelantan y nos dicen adiós con la mano derecha mientras se sujetan el birrete con la izquierda.

 

Sra. Directora General, la pelota está en su tejado…

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.46

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.