Domingo, 14 de Septiembre de 2025

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El Centinela | 2033

El destino

La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo.
Platón

[Img #4981]Desde siempre, el asunto de los destinos en la Guardia Civil ha sido una cuestión espinosa, bastante sensible. Es de esos temas que siempre ha suscitado polémica, unas veces por aquello de colocar a alguien de manera arbitraria y sin pudor, sobre todo si se aprecian ciertos vínculos de sangre ya que dejan a veces un tufillo o alguna que otra salpicadura que ni el padre de la criatura remedia abriendo las ventanas o dándole con brío a la fregona; y otras veces, por creer el afectado que no se han tenido en consideración de manera suficiente los honores y preeminencias que le corresponden. Eso sin contar aquellos destinos que requieren actualmente cierta cuota de pleitesía y una buena dosis de “Betadine” para las rodillas con tal de poner una pica en Flandes.

 

El caso es que, si ya de por sí, el asunto de coger las maletas, mover a la familia o jugársela profesionalmente resulta bastante complicado, con el desatino de la Dirección General por un lado y el oportunismo de una asociación por otro, no sin falta de razón por otra parte, han hecho que muriera por sentencia firme del Tribunal Supremo, el Real Decreto que reglamentaba los destinos en la Guardia Civil desde 2017. Y en esta historia estamos…

 

Como la Dirección General no ha querido publicar vacantes y aplicar el reglamento de destinos de 2001 que es el que ha quedado vigente tras la anulación del anterior, a los flamantes sargentos del Cuerpo con ocasión de su salida de la academia de formación, les han ofrecido una serie de vacantes, atribuidas a necesidades del servicio, por las que unos no tendrán que pasar por la farmacia a comprar yodo y otros se gastarán el sueldo en ibuprofeno. Y es que anunciar vacantes sin publicitar y sin guardar el respeto necesario al principio de antigüedad, convierte a las mismas en un mar de dudas y de dolores que tardaremos en digerir, pues aquellos que estaban y están esperando una vacante, asisten con la boca abierta a la salida de los aviones en el aeropuerto para los que nunca pudieron sacar su billete, a pesar de que en la ventanilla de reclamaciones se cansaron de decir que la antigüedad es un grado.

 

Y si, para más inri, a algunos de los sargentos, brigadas o subtenientes que estaban ejerciendo jefaturas de Unidad, les colocan en la segunda casilla del cuadrante por el mismo sistema que a los sargentos alumnos, poniendo al frente a un teniente más nuevo que la orden del día, y encima les “invitan” a comprar un billete y a hacer las maletas o a ejercer la sumisión de la servidumbre colocándoles en una situación de ignominia propios del tiempo de Kunta Kinte, el asunto se torna en un problema de tal magnitud que seguramente la propia Dirección General tardará muchos años en crear otro que lo supere.

 

Sabemos que la situación generada es complicada y no contenta a nadie; somos conscientes. Y es por lo que, desde el principio, ASESGC ha propuesto y realizado reuniones y comunicaciones al más alto nivel donde se han ofrecido varias alternativas, fórmulas que aminorasen el golpe y que incluso podían haberse llevado a cabo sin originar tanto revuelo, pero… nada, resultaron todas o casi todas infructuosas. Y así se les ha ido transmitiendo a los socios afectados y a los sargentos alumnos a través de las redes sociales y con la presencia de ASESGC en las academias de formación. Menos mal que se ha podido salvar algún que otro escollo, pero los daños en la nave son cuantiosos. Esto es lo que se podía hacer, hasta donde se podía llegar, antes de que la Dirección General tomase su decisión. Decir o pensar lo contrario es simplemente demagogia.

 

Ahora, el único bálsamo que queda es el recurso, que reflejará el desencanto de quien que se ha visto con el billete anulado a un destino soñado o de quien ha salido destinado sin haber sacado siquiera billete, o de quien se le ha levantado de su asiento con el billete comprado. En cualquier caso, desde ASESGC se pondrá todo el empeño necesario en salvaguardar a todos aquellos Suboficiales que crean que sus derechos han sido ninguneados, con el rigor y la coherencia que nos caracteriza.

    

Y al Director General solo me resta recordarle una frase que dijo Winston Churchill: “De nada sirve decir «Lo estamos haciendo lo mejor posible». Tienes que hacer lo que sea necesario para tener éxito”.

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