Gilipollas

           Son varias las etimologías que se le atribuyen a  este “palabro”. Sin embargo, la que más me satisface es la que paso a relataros a continuación:

            Cuentan los cronistas de la época que, a finales del Siglo XVI y principios del XVII, durante el reinado de Felipe III,  existía en Madrid un alto funcionario llamado Don Baltasar Gil Imón de la Mota. Dicha autoridad tenía dos hijas; Fabiana y Feliciana; y las dos se encontraban en edad de merecer y buscar marido, como era costumbre en la época.

            Las pollas, que así era como se denominaba a aquellas señoritas en esa época, no eran precisamente un dechado de belleza y virtudes intelectuales, por lo que la tarea de buscarles esposo, se había convertido en un cansino quehacer de su señor padre.

            El Sr. Gil, que así era como le denominaban en los círculos conocidos a D. Baltasar, se hacía acompañar por sus pollas en todos aquellos actos sociales a los que era requerido. De esa manera, creía que, las posibilidades para encontrar esposo a sus pollas, sería mayor.

            Ha llegado ya el Señor Gil?, preguntaban ansiosos, algunos de los invitados. Sí, “el Señor Gil ha llegado ya y viene acompañado de sus pollas”, contestaban.

           “El Señor Gil y sus pollas!!”, era la frase con la que era anunciado en los eventos a los que acudía, para al final quedarse en... “El Sr. Gil y pollas”.

            Y fue así como dicen que surgió el término “gilipollas”, siendo utilizado posteriormente por mi querido Benito Pérez Galdós en Misericordia.

            Las acepciones del insultante calificativo, ya os  podéis imaginar en qué sentidos van.

          Por cierto, a cuántos gilipollas conoces tú?.... piensa un poco, todos tenemos cerca a alguien que siempre quiere venderte algo en todo momento y aprovechando las circunstancias.

           En el mundo asociativo suele ocurrir igual. Algunas asociaciones acuden al Consejo con sus "pollas" -que en este caso, bien podrían ser ... propuestas-, y tratan de endosarlas a aquellos que se presten. Pero como dice nuestro rico refranero: la mona, aunque se vista de seda......