Con la Guardia Civil no se juega

   Me dijeron la semana pasada, que el Mundial de fútbol comienza a jugarse sobre el cuarenta de mayo y se espera que este año el asunto pinte igual de bien que el anterior, pues el seleccionador nacional tiene un amplio elenco de jugadores de gran valía y además su táctica y su juego van evolucionando con los años con el fin de obtener los mejores resultados.

   Y viene esto a colación, con lo que está sucediendo ahora con el proyecto de Ley de Régimen de Personal de la Guardia Civil, pues estamos en plena fase de trámite parlamentario donde se ponen encima de la mesa aquellos aspectos que se consideran modificables o ampliables y el juego político es tan importante como la sensatez a la hora de predicar los cambios.  Ya lo dijo Albert Einstein: “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”. Tenemos que ir más allá, tenemos que dar a la Guardia Civil una Ley que cumpla con las expectativas de todos, o por lo menos, de la gran mayoría de los guardias civiles y para eso habrá que explicarles bien a Sus Señorías del hemiciclo qué es lo que pretendemos, pues decía también nuestro ilustre científico, que no entenderemos realmente algo a menos que seamos capaces de explicárselo a nuestra abuela.

    Por eso, lo realmente importante, es saber qué pretensiones tiene la Dirección General, hasta dónde quiere llegar, porque encima de la mesa hay, entre otros, un par de aspectos de vital importancia para el futuro de la Institución: la formación y la promoción interna. Y para afrontar estas dos cuestiones es necesario partir sin prejuicios, teniendo en cuenta todas las posibilidades, sabiendo qué es lo que se quiere y qué tipo de personal necesita el Cuerpo. No se puede despreciar la experiencia ni tampoco desechar la sabiduría sino al contrario, hay que unirlas y de esta forma tendremos a los mejores, a oficiales únicos en su escala, a Suboficiales imbuidos de su importancia en la estructura del Cuerpo y por supuesto Cabos y Guardias con un nivel de exigencia y formación dignos de los mejores profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado   .

    Y tengo entendido que el Director General, al igual que el seleccionador nacional, tiene un buen grupo de jugadores de distintos equipos pero con el mismo corazón para jugar este partido, y sé, que está bien asesorado y que además quiere lo mejor para la Guardia Civil, cosa en que me reafirmo al haber demostrado fehacientemente que es el líder con mayúsculas y por tanto, tiene todos los ingredientes para marcar gol, para hacer historia, para engrandecer al Cuerpo que tan dignamente dirige, pero con cordura y sin ofuscaciones, pensando que es el mejor interlocutor válido de todos y su posicionamiento será fundamental para el triunfo.

   Sabemos que podemos cruzarnos con electoralismos baratos y con posicionamientos demasiado radicales, pero eso debe superarse pensando en lo que nos jugamos, de qué institución estamos hablando y pronto comprenderemos que con la Guardia Civil no se juega, pues es de tal importancia su misión en la sociedad española, que no puede tomarse una final de este calado a la ligera. La concentración debe ser máxima.

     Creo que todos vamos a tener que ser valientes y tendremos que mirar a la Ley como una herramienta de futuro pero a la vez de presente.

     Espero que sintamos la necesidad de hacer las cosas bien y no tengamos que recordar aquella frase habitual que se escuchaba en la barra del bar, después de jugar España, en época no muy remota: “jugamos como nunca y perdimos como siempre”.