Las chicas de la 99 Promoción
Hoy 7 de septiembre hace 20 años ingresé, junto a otras casi 400 mujeres, en la Academia de Baeza. Lo que recuerdo de aquel curso fue la determinación de todas las mujeres por querer ser Guardias Civiles, la capacidad mostrada y el orgullo de serlo. Y esto último creo que fue sobre todas las cosas. Vestíamos endiabladamente orgullosas el uniforme de la Benemérita, un uniforme hecho para un cuerpo masculino.
Esa fuerte determinación y orgullo al vestir el uniforme de la Guardia Civil en pocos hombres lo he visto jamás.
A los largo de los años siguientes me he ido encontrando con compañeras de promoción. Alguna había sido para mí fuente de inspiración y admiración silenciosa durante la academia y comprobé en reencuentros posteriores que los años siguieron manteniendo intacta su determinación y orgullo de ser lo que era. Mi furriel me seguía generando admiración aún más de 12 años después.
También he encontrado estos últimos años a otras compañeras que, erigiéndose como fieles defensoras a ultranza de la mujer y sus derechos, silenciosa y penosamente he comprobado su verdadera moral y doble rasero. Se pierde el norte.
¿Mis 20 años? Sin duda lo tengo claro. Pese a no tener un uniforme para la mujer, me adapté. No presentar infraestructuras para nosotras, me adapté, tener que demostrar mi capacidad y valía a diario viendo lo que en algunos casos tenía alrededor, me adapté. Pero fue al quedarme embarazada, llevaba ya casi 18 años en la Guardia Civil, cuando comprobé verdaderamente el retraso educacional (por no decir mental), la misoginia y la desvergüenza que reina en ciertos sectores de nuestra querida Benemérita.
Hace escasos meses tuve un curioso reencuentro en foros con más de una treintena de aquellas compañeras de promoción. He tenido la oportunidad de oír historias, curiosas, llamativas, conmovedoras, unas más alegres, otras no tanto, unas más antiguas, otras de hace escasas semanas, y muchas sobre hechos que en este siglo XXI ya tenían que estar superadas. En estos reencuentros hay compañeras que aún guardan su mala leche de entonces, otras que han suavizado su carácter, han crecido como personas, otras que se han reinventado y es fascinante ver los cambios tan espectaculares y positivos. Hay mamás, súper mamás, estudiantes, deportistas, mega deportistas, tacones, amantes de la naturaleza, el mar, el sol, la arena, buenas profesionales, amantes de la familia... Y todas con un denominador común, están guapas, preciosas, estupendas. Como los buenos vinos, con el tiempo han ido mejorando. Gran reserva.
Lo que ha llamado mi atención son las bajas por jubilación. Hablo de mujeres que eran totalmente capaces, válidas y orgullosas de su condición de Guardias Civiles. Una jubilada, dos jubiladas, tres, cinco, veinte... Vale. Pero la cifra sube. Te hace plantearte cuestiones sobre el trato real dado a la mujer en la Guardia Civil desde su ingreso. La indefensión, el menosprecio, el escaso apoyo y quizá el excesivo enquistamiento de la Institución puede que haya generado esa marcha de personas capaces, válidas y orgullosas de ser lo que eran.
Un ejemplo, el año en que la mujer en la Guardia Civil cumplía 20 años desde su incorporación, y seguramente porque también políticamente venía bien, el Director en aquel entonces reunió a todas las mujeres de la primera promoción y celebró a bombo y platillo su antigüedad. Facilitó la asistencia del personal femenino en cuestión, costeó la celebración, fotógrafos, actos, invitados, nota de prensa... Las siguientes promociones no se si habrán alcanzado alguna de estas prebendas, pero lo que sí es cierto que nuestra promoción celebrará este octubre su aniversario con el trabajo desinteresado de varias compañeras que han gestionado cena, celebración, hotel, forma de llegar, mejores enlaces y dando al resto de compañeras su disposición personal. Todo y dando gracias a la DGGC por haber dejado colgar una primera comunicación hace meses vía Intranet. Las mujeres hemos demostrado que hemos querido seguir celebrando el aniversario promoción tras promoción, pese a encontrarse sin el apoyo y respaldo de la Dirección General. Escuchar a cualquier polilla hablar de su celebración, cómo es organizada, le facilitan días, pagan dietas, tienen actos en la Academia, con misa... En fin, no tiene comparación.
El 5 de febrero de este año 2013 se cumplieron 25 años de la incorporación de la mujer en la Benemérita, y ese día se celebró en la DGGC la Primera Jornada de sensibilización en materia se Igualdad en la Guardia Civil. Tan sólo oír hablar al Subdirector General de Personal y su declaración tácita de la existencia de desigualdad de trato entre hombres y mujeres dentro de la Institución y su firmeza en la lucha por la búsqueda de la equidad necesaria, fue relativamente tranquilizador. Por experiencia sé que la DAO es defensora y sensible de los derechos de la mujer embarazada.
Yo sigo apostando por la mujer en la Guardia Civil, por todas y sin distinción de empleo o cargo, me sigo preguntando hasta cuándo la Dirección General va a seguir dando tan sólo pequeños pasos y no decide caminar firme y claro en su apuesta por la mujer. Tiene un Observatorio que relanzar y hace meses que esperamos ese importante avance. No puede seguir permitiendo la marcha de más personas capaces, válidas y orgullosas de ser Guardias Civiles.
Permitan que este sea mi pequeño homenaje a la 99 Promoción de mujeres de Baeza año 1993. Va por ustedes Señoras, FELIZ ANIVERSARIO!
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