En boca cerrada no entran moscas; el 80% de los expedientes instruidos terminan en sanción.

Dado el extraordinario aumento de las sanciones disciplinarias el servicio jurídico de ASES ha elaborado un protocolo de actuación ante la posible imposición de sanciones disciplinarias a nuestros afiliados con el objetivo de reducir las sanciones y sus efectos profesionales y económicos. En este último sentido para la viabilidad jurídica de la defensa en los procedimientos sancionadores, resulta fundamental el seguimiento por el afiliado de una serie de pautas, que se pueden resumir en una frase “primero pregunto al abogado y luego hablo”, ya que todo lo que diga por mi cuenta y sin asesoramiento en un expediente sancionador o información reservada, puede y será utilizado en mi contra por el instructor, que salvo honrosas excepciones, nunca será imparcial. Debemos tener en cuenta que, de cada 100 expedientes sancionadores que se incoan en Defensa, 98 terminan en sanción, lo cual habla claro de la imparcialidad de los instructores. El instructor no es nuestro amigo y toda su intención en el expediente sancionador será la de sancionarnos, no la de velar, ni por la verdad, ni por nuestros derechos.

Nunca debemos confiarnos de la bondad de nuestros superiores a la hora de instruir un procedimiento disciplinario contra nosotros, si quieren culpabilizarnos que obtengan las pruebas por otros medios nunca mediante nuestra declaración, por muy buena voluntad que tengamos en aclarar nuestra inocencia.

En el protocolo elaborado por los servicios jurídicos de ASES se dan las pautas a seguir cuando la amenaza de un procedimiento disciplinario se cierne sobre nosotros para evitar las desagradables consecuencias de los mismos. Siguiendo estas sencillas instrucciones se pueden reducir en un 80% las sanciones.