La dirección de una mujer

             Cuando hace 175 años, el Duque de Ahumada sentó las bases para la creación del Cuerpo de Guardias Civiles, estamos seguros que jamás pensó que uno de sus sucesores en el tiempo pudiera ser una mujer, entre otras razones, porque en aquella época era impensable presentar a una dama en los ejércitos.

            Han tenido que trascurrir casi dos siglos para que esto ocurriese y nos felicitamos por ello, entre otras cosas, porque la presencia de la mujer en los puestos de responsabilidad, le da una impronta distinta a la que los hombres ofrecemos. Pero este nombramiento en la Guardia Civil es especialmente importante. Este nombramiento va a suponer un antes y un después en la Institución, pues una vez que su titular la conozca por dentro y por fuera, tendrá que ir tomando decisiones de calado que a veces no contentará a algunos pero que seguro beneficiará a muchos.

            En su discurso de presentación ofreció trabajo, diálogo y respeto por la esencia y tradiciones del Cuerpo. Esto llevará consigo una serie de consideraciones que le harán sacar el bastón de mando que se le otorga, pues por mucho que su trayectoria haya sido política, usted acaba de coger el relevo del primer director de la Guardia Civil con todos sus honores y preeminencias  pero a la vez, con todas sus consecuencias, y ello deriva en dirigir a una institución militar donde “su excelencia” está por encima del “usted” pero usted está por encima de “su excelencia”. Esto que puede parecer un simple juego de palabras, es más importante de lo que parece, pues algunos pretenderán que sea usted un mero cargo político de postín y que sean sus excelencias y señorías los que deban dirigir a este honroso Cuerpo, haciendo y deshaciendo todo aquello que no les cuadre en un formato Excel o interpretando lo que sea necesario para que así sea. Pero esto no tiene porque ser así. No debe ser así. Usted debe coger las riendas de este benemérito instituto y dirigirla en todos sus aspectos, en lo civil y en lo militar. Tendrá que tomar decisiones dentro del ámbito político, pero también operativas y de servicio que afectarán al conjunto del personal en su vida laboral, familiar y social. Esto Señora Directora, es de tal importancia, que a veces, tendrá que agarrar fuerte ese bastón de mando que le refería.

            Son muchas misiones las que se le asignan a un Director o Directora General de la Guardia Civil: dirigir, organizar, distribuir, proponer, relacionar, ejecutar, cumplir… Pueden parecer muchos los verbos que tendrá que conjugar, pero estamos seguros que si cuenta con la leal participación de las asociaciones profesionales a través del Consejo de la Guardia Civil, los refundiremos en uno que resultará de vital importancia para todos: ganar.

            Decía un novelista español en una de sus obras que, si uno quiere que las cosas salgan bien, hay que poner a una mujer al mando. Creo que todos estamos ilusionados con su incorporación al Cuerpo como máxima autoridad dentro del mismo. Esperamos que no le vengan grandes los galones y podamos decir con orgullo y sin complejo: ¡a sus órdenes Directora!