Jueves, 18 de Septiembre de 2025

Actualizada Miércoles, 17 de Septiembre de 2025 a las 06:59:59 horas

Massachussets | 725

Como deciamos ayer



Dicen que D. Fray Luis de León utilizó la expresión que por título lleva este artículo, después de haber padecido cinco años de brutal cárcel merced a las prácticas simpáticas de la inquisición que no aprobaba algunas de sus enseñanzas.


 


Salvando las enormes distancias que nos separan de tan ilustre personaje y de sus padecimientos,  no obstante, es posible establecer un paralelismo con lo que, de forma tan genial trataba de transmitir, y la reciente situación de las asociaciones profesionales en el Consejo de la Guardia Civil. Y es que las verdades esbozadas por las grandes personas permanecen y se revelan en infinidad de situaciones inmunes al paso del tiempo.


 


Los palos del simpático poder establecido a las legítimas aspiraciones que pretenden nuestros representantes asociativos, no han de hacer mella en las mismas, porque en esas aspiraciones resulta fácil hallar trazas de verdad, ilusión y justicia.


 


No son los palos los que deben derrumbar un proyecto concebido por las asociaciones cada vez más armonioso en su diseño,  sino esos mismos palos los que demuestren su fortaleza al ser soportados.


 


Para el simpático poder establecido lo ideal sería que todo se olvidara, que aquí no ha pasado nada, que terminen de una vez esas miradas reprobadoras que no pueden sostener, porque si se sigue hablando mucho del simpático poder establecido, es posible que su status quo empiece a ser cuestionado al modo como sucede con cierta cámara alta parlamentaria de representación territorial que yo me sé.


 


Lo cierto es que existe un colectivo muy amplio de profesionales que no están para esa clase de simpatías. Si alguna vez hubo un guionista que asignara papeles y roles  al modo en que hoy se desarrollan, desde luego va siendo hora que, bien el guionista, bien el guion, cambien. 


Porque aburre y desespera.


 


Desde el primero al último debiéramos ser profesionales y por ello mismo darle sentido a la profesión, donde hay trabajo para todos, no sólo para los de siempre.


 


Quien viene buscando prebendas, reconocimientos, potestades, etc.. y con ello se aparta deliberadamente de la tremenda responsabilidad que entraña la función policial, sencillamente le está dando una puñalada trapera a la razón de ser de la institución.


 


A tal punto de sofisticación y gravedad debiera ser la responsabilidad asumida por los altos mandos de una institución policial como ésta, acorde con sus emolumentos lógicamente, que bien debiera estar permitida la degradación voluntaria en el empleo o escala llegado a cierto punto de saturación por parte del interesado: -Hice lo que pude... que venga ahora otro más fresco para continuarlo... ya no puedo más-


 


Pero claro, cabe preguntase... ¿será que ellos no ejercen profesión y sólo lo hacen como administración?, ¿serán así las cosas por la causa y efecto de esas funciones directivas que les asigna la ley?, estaría bien que alguien nos lo aclarase, pues para tanta administración, hay que ver lo que mal están los administrados.


 


Animo a las asociaciones profesionales a... emulando a D. Fray Luis de León, se pongan frente a los máximos responsables de la institución y le recuerden toda la suerte de agravios, injusticias e insensateces que la enferman... -Tal y como decíamos ayer.



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