Descatalogados

Esta convulsión provocada por el reconocimiento del título de grado a los Subinspectores del CNP, según la cual quedamos ya un nivel por debajo de nuestros homólogos, provoca sin duda el escozor característico de una injusticia, de un agravio e incluso como se ha calificado desde ASES como una afrenta.

Cierto es que han conseguido lo que nosotros nunca hubiéramos podido soñar, tanto como que ellos desarrollan su labor en ámbitos urbanos mucho más sofisticados y avanzados y, qué duda cabe, en unas condiciones laborales que nosotros sólo ahora, a la vejez, empezamos a vislumbrar como posible un acercamiento.

¿Por qué les dicen nuestros homólogos?.  ¿Existe en el CNP una figura homóloga a la del Cmte. De Puesto?, ¿la del Jefe de Equipo de PJ con decenas de kilómetros cuadrados de demarcación y en quien se concentran todas las facetas científicas de la criminalística y desarrollos teóricos aplicados de la criminología?.

Ni por asomo han querido ser nunca homólogos nuestros, esas situaciones aberrantes nos la han dejado en exclusiva, quizás por eso han centrado sus esfuerzos en que le sean reconocidos los niveles formativos acumulados y todo ello desde la lógica sensatez.

Tan centrados hemos estado en el desarrollo de nuestras funciones en el ámbito rural o pseudourbanos, tanta cohesión social hemos proporcionado, tan bien hemos actuado proactivamente sobreponiéndonos a los continuos contratiempos de falta de recursos humanos, materiales y por qué no decirlo, formativos, que no hemos tenido tiempo ni ganas de ejercer la muy saludable crítica interna respecto de nuestro ámbito superior. Sí porque con tanto acierto lo hemos hecho, que en nosotros acabó la razón de ser de todos las funciones, cargos y empleos. Tan insustancial, pobre, e incluso contraproducente resultan las aportaciones de los escalones superiores, y muy superiores, que bien haríamos abriendo el debate.

No, no son nuestros mal llamados homólogos del CNP quienes nos ponen en evidencia, son nuestros super-jefes quienes siempre nos la están liando, causando daño moral con sus injusticias e incongruencias, apropiándose de los méritos respecto de lo que no han hecho, diseñando para sí lo mejor de lo mejor, y lo peor, es que se lo tienen creído, están en que se lo merecen, piensan que los admiramos por ser lo que son, que no tenemos criterio.

Si de algo tenemos la culpa como colectivo dentro de otro mayor es la de haber querido servir bien, y así es como nos lo pagan. 

Descatalogados o caducos por falta de homologación.