El descanso del mando, la dejadez del mando
Me quedé helado al conocer hace pocas fechas las razones por las cuales un Capitán Jefe de Compañía había establecido un servicio de suboficial de guardia. Tozudo, erre que erre, quería mantenerlo a toda costa. “Sois el descanso del mando”, dijo a modo de justificación, sentenciando la discusión, acorralado ya por la evidencia de lo absurdo. Y lo hizo públicamente.
Cuanto daño han hecho y están haciendo quienes justifican este tipo de servicios en la “autonomía organizativa” del jefe de estas unidades. Cuanto daño han hecho quienes no han sabido o no han querido parar esto a tiempo.
Este es el sentido de toda esta algarabía de suboficiales de servicio establecidos sin ton ni son. Esta orgía de sustituciones y solapamientos no tiene otro objeto, vergonzoso, que el de justificar la dejadez del mando. Eso sí, en aras de asegurar un descanso que no tienen. Luego se quejan de castas y desigualdades.
Los más viejos y veteranos recordamos aquella lapidaria frase de nuestros oficiales ante un dilema del servicio: “actúa en consecuencia y dame novedades por escrito”. Este descanso del mando no es nuevo, lo novedoso es que ahora quien sólo tiene que recibir novedades sienta la necesidad de cubrirse las espaldas. Algo ha cambiado.
¿Qué espacio queda para los oficiales adjuntos cuando un suboficial de guardia debe recibir novedades de todos los sucesos de su núcleo de servicios y personarse en caso necesario?. Solo se me ocurre pensar en el espacio que dejan las obligaciones de su descanso, ¿o eso era un derecho?.
La dejadez del mando en muchas unidades es ya una evidencia justificada en la autonomía, lo próximo será pedir la independencia.
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