ASES llevará a los Tribunales la resolución sancionadora del General de la Agrupación

En qué manos está Tráfico en la Comunidad Foral.  Esta y otras tantas cuestiones irrumpen el descanso de la familia de José Antonio, que ven a su marido y padre, guardia civil medular, derrumbado y sumido en una lamentable depresión.

La familia rompe su silencio, y es su hija la que, entre sollozos, decide hacer pública la desgraciada situación que padecen desde el fatídico día en que a su padre se le trata de imponer una determinada voluntad por encima de la ley, y someterle a la obediencia más absoluta o, en un argot cotidiano, obediencia sin rechistar.

« Siempre he escuchado a mis mayores historias de otras épocas, donde con causa o sin ella, alguien decidía anular a una persona privándole de sus derechos y se veía normal, simplemente porque no pensaba como ellos o no servía a sus intereses.

Hoy le ha tocado a mi padre, al que veo vagar por la casa, hundido, sin ganas de nada y dependiendo de un montón de pastillas, por qué ¿? Solo por ejercer su derecho a expresarse libremente.

A diario me pregunto por qué después de más de 30 años prestando servicios con total dedicación a su trabajo, condecorado en varias ocasiones, la última la presencié en persona fue uno de los días más felices para mi padre cuando el Jefe Provincial de  Tráfico le impuso la medalla al Mérito de la Seguridad Vial, y llenándonos de orgullo a mi madre y especialmente a mi, tiene que estar pasando por esto.

Mi padre, que ha servido a la Guardia Civil con Orgullo y dedicación, reconocido por todos, de mayor empleo (anteriores) y de menor. No habiendo recibido nunca un reproche disciplinario en su dilatada carrera profesional, y de repente, tras la llegada de un “joven oficial” que más bien se asemeja a los de hace 50 años, con el ciego apoyo de su inmediato superior, comienza lo que en cualquier ámbito se conoce como una situación de acoso.

¿Qué pasa en la Guardia Civil? Esta situación es grave, no se han conformado con el daño ya causado sino que han querido empeorar más la salud de mi padre provocándole injustamente dos crisis de consecuencias impredecibles en los últimos quince días. Crisis de tal calibre que en la segunda que mi madre tuvo que solicitar la asistencia de urgencias, servicio del 112, con el correspondiente peligro para la salud de mi padre y de terceras personas. Y que se entere todo el mundo, todo porque estos “señores feudales”, no quieren cumplir con la ley.

No nos van a callar y estamos estudiando emprender acciones penales. »

Lourdes…

En esta Comunidad, ad intra, los subordinados (suboficiales, cabos y guardias) ven y sienten cercenados sus derechos ya que es sentimiento generalizado que la mera solicitud por instancia y en la forma reglamentaria de un derecho, les conduce inexorablemente y en la totalidad de los supuestos a un expediente de falta de disciplina, sino fundada directamente en la petición, si por un buscado motivo que se deje sentir en el guardia civil -aleccionándolo-.

Y esto es precisamente lo que le ha ocurrido a José Antonio, suboficial en activo hasta verse sumido en un estado de ansiedad continuo y que no es capaz de controlar pese a sus 30 años de ejercicio profesional y otros tantos al servicio de la Agrupación.

ASES entendió, y aún hoy sigue haciéndolo, que no ha lugar la sanción disciplinaria que le ha sido impuesta, por desproporcionada y atípica, en la consciencia de que la voluntad particular de una autoridad administrativa no puede, en ningún caso, crear tipos disciplinarios nuevos, no previstos en la ley, aplicando sanciones que se perfilan arbitrarias y discriminatorias con la simple observación de otros supuestos de mucha mayor gravedad y que obtuvieron una respuesta disciplinaria muy inferior.