Ceuta, burda representación de la realidad

El Director General del Cuerpo ha sido valiente saliendo en defensa de los guardias civiles de Ceuta,  defendiendo su impecable actuación y querellas contra todos aquellos que calumnien a la Guardia Civil. Nadie hizo eso nunca.

Se echaba en falta esta firmeza y seguridad para defender a los que siempre callan y trabajan en silencio sin esperar nada  a cambio. Sin embargo, sí que hay silencios significativos que están a la altura del de los sindicatos ante las políticas antisociales o destructoras de empleo de quienes les benefician en los Presupuestos Generales del Estado. Hemos dicho siempre que la independencia de ASES significa no escribir al dictado de nadie ni recibir órdenes o consignas de actuación. Quien calla otorga.

No vamos a descubrir nada nuevo si decimos que la situación de servicio de los agentes de la Guardia Civil y de la Policía que trabajan en la frontera marroquí, puerta de entrada occidental de Europa de la inmigración del norte de África,  es muy complicada y dificultosa. La valla es un infierno. No solo por los medios también por las formas de acceso cada vez más desesperadas y arriesgadas que hacen muy difícil compaginar oportunidad, congruencia y necesidad a la hora de decidir emplear los medios policiales de que se dispone para impedir la entrada.

Los protocolos de actuación policiales en la frontera marroquí son los mismos con el Partido Socialista en el Gobierno que con el Partido Popular, no se han cambiado. ¿Por qué nos rasgamos ahora las vestiduras?. Las políticas activas en materia de inmigración más de lo mismo. Europa permanece impasible ante el fenómeno migratorio y sólo mueve ficha cuando hay una catástrofe humanitaria, luego calla.

Una inofensiva pelota de goma lanzada al mar a más de quince metros de un grupo de inmigrantes que nadaban junto a la costa, sin ninguna intención de alcanzarlos,  ha desencadenado una serie de insinuaciones desproporcionadas que ponen a la Guardia Civil en la picota. Y menos mal que ahí estaba el Director General del Cuerpo, del que han pedido la dimisión. ¿Dimitir uno de los mejores directores generales que ha tenido la Guardia Civil?, sin duda van a por nosotros.

La Guardia Civil, una vez más, soportará estoicamente esta burda representación de la realidad de la que se le hace protagonista y continuará haciendo lo que sabe, trabajar para defender la Ley y la seguridad ciudadana con lealtad a España gobierne quien gobierne, incluso quienes ahora la cuestionan.