Pronóstico feliz para el afligido
Cuando el tinte político tiñe la escena cotidiana todo se desdibuja y llega a hacer dudar hasta de las propias convicciones. Cuando la demagogia política irrumpe en la cruda realidad tergiversa los hechos y circunstancias. Cuando la maquinaria destructiva se pone en marcha para machacar al adversario político no importa llevarse por delante cientos de años de trabajo abnegado, sacrificio, de pronóstico feliz para el afligido, la divisa del honor. Da igual, todo vale.
Cientos de años salvando vidas para que ahora cuatro politicuchos que sólo conocen la ansiedad de subirse a un estrado o estar frente a un micrófono, quieran arrebatarnos de un plumazo y por cuatro titulares sensacionalistas el calificativo de Benemérita. Con la Institución más valorada de España no se puede jugar de esta forma tan mezquina. Echamos por tierra muchas cosas. No hay vergüenza.
No es casualidad que por los servicios prestados a la sociedad el Real Decreto 2.088 de 1929 concediera a la Guardia Civil la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, con distintivo negro y blanco, en reconocimiento oficial a los servicios humanitarios desplegados a lo largo y ancho de España dando incluso la propia vida en muchísimos casos. Desde entonces hasta hoy los guardias civiles servimos a los ciudadanos del mundo con mucho gusto y a veces con pocos medios es cierto, pero con abnegación, sacrificio y dolor. Nobles ideales, virtudes y principios que nos han hecho grandes y nadie va a tirarlos por la borda a costa del desgaste político del adversario.
Ni uno solo de los inmigrantes fallecidos el Ceuta el pasado 6 de febrero lo fue en aguas españolas y las autopsias han puesto de manifiesto que no hay signos de violencia. Mi más sentido pésame a las familias y amigos de estas personas fallecidas.
No estamos acostumbrados a que nuestros mandos nos defiendan en los medios de comunicación ante las críticas por muy injustas y descabelladas, incluso canallas, que se viertan contra los guardias de a pie. Ahora lo ha hecho, con contundencia y acierto, el Director General del Cuerpo en su viaje a Ceuta. Nos ha defendido, ha defendido muestra dura labor en Ceuta ante la opinión pública, un infierno en ocasiones. Un trabajo realizado bajo la atenta lupa de organizaciones con reminiscencias humanitarias que no están activas sobre el terreno pero que quieren justificar sus subvenciones y donativos. No a costa te la Guardia Civil. Gracias Arsenio.
Los jardineros de la política ahora quieren cobrarse una pieza y no dudan en insinuar responsabilidades por unas desgraciadas muertes. Hay que investigar a fondo, pero el daño y las difamaciones ya están hechos.
La Guardia Civil será siempre, como reza su cartilla, pronóstico feliz para el afligido sea del color que sea el gobierno de turno y pese a quien pese. Tenemos unas señas de identidad claras que nos han guiado cientos de años y sobre todo, somos honrados.
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