La libre designación no ha dicho su última palabra

Se acabo la libre designación en su vertiente más afable y cariñosa pero continúa produciendo efectos perversos, me refiero a la conocida como “perdida de confianza” y consiguiente perdida de destino. La libre designación sigue dando coletazos. Se resienten y resisten quienes han perdido poder en este campo y por eso aún habrá sangre.

Todos aquellos destinados en su momento por libre designación siguen teniendo sobre sus cabezas la espada de Damocles de la “perdida de confianza” y mucho me temo que serán los tribunales los que deban corregir las últimas sacudidas de la cercenada libre designación. Ocurre que ahora con una nueva OM sobre clasificación de destinos y sobre todo con una sentencia, que origina todo este desaguisado, que declara ilícitos estos destinos porque contravienen el Real Decreto; ¿cómo se puede seguir manteniendo esa perdida de confianza y consiguiente del destino?. ¿No hemos terminado con la libre designación?.

¿Es posible que pervivan varios sistemas distintos dentro de una misma especialidad?, en PJ habrá destinados en libre designación por concurso de méritos y por antigüedad, ahí están las últimas vacantes. ¿Unos podrán ser removidos libremente de su puesto de trabajo y otros no?. Vaya galimatías.

Creo que jurídicamente es argumentable y viable la posición contraria a la utilización de la perdida de confianza en destinos de libre designación desde la sentencia del TSJ de Madrid sobre la ilicitud de la libre designación porque si un destino ha sido atribuido por esa modalidad sin la habilitación normativa correspondiente es muy discutible que pueda producir efectos negativos propios de esa modalidad y de ninguna otra.